Pero... ¿Nos ocupamos de nuestra piel correctamente?, lavarnos la cara y quitarnos el maquillaje antes de ir a la cama es un comienzo, pero una limpieza profunda es esencial para que nuestra piel luzca y se sienta lo mejor posible.
PASOS PARA UNA EXCELENTE LIMPIEZA FACIAL....
La limpieza facial ayuda a mantener limpia la piel de tu cutis y a activar la circulación. Muchas veces pensamos que con lavarnos la cara con un jabón suave o con unas toallitas es suficiente, y esto es una equivocación. Sí, limpian, pero no completamente.
Con una buena limpieza facial conseguimos eliminar las impurezas, que la piel respire y que se vea en un tono más homogéneo y natural, así por lo tanto la higiene es una parte fundamental en el proceso de la hidratación de la cara y de su buena salud. La limpieza de la cara siempre hay que hacerla con suavidad, sin frotar, ni restregar y utilizando siempre productos adecuados que no dañen la piel. Te lo puedes plantear como una actividad relajante al iniciar o terminar el día.
Les voy a compartir 4 pasos a seguir para conseguir una piel limpia, fresca y resplandeciente. Y tener en cuenta que para obtener resultados hay que seguir estos rituales de forma diaria y constante.
Sigue estos consejos para que tu cutis luzca súper bien.
Antes que empieces con la limpieza de tu rostro, es muy importante que laves perfectamente tus manos, para eliminar toda suciedad.
1. Limpieza: En la mayoría de los tipos de piel se empieza lavando la cara con abundante agua fresca, esto se hace antes de comenzar la aplicación de la crema limpiadora.
Coloca tu crema limpiadora en una bola de algodón y después aplícalo a tu piel (ya que de este modo se elimina mejor la grasa, es decir, las impurezas como los maquillajes, cosméticos, sebo, etc.), dibujando pequeños círculos en el rostro. Asegúrate de enjuagar con agua tibia porque el agua caliente estimula la producción de grasa e inflamar los capilares y el agua fría reseca la piel.
2. Tonificar: Una vez que se han retirado las impurezas del rostro, empapa un algodón con tónico facial, dando pequeños golpecitos cara y cuello. Esto remueve los rastros dejados por la crema limpiadora, retira las células muertas, restablece el equilibro del pH de la piel y favorece la circulación sanguínea. Igualmente, el tónico contribuye a cerrar los poros, condición que empieza a hacerse más latente a partir de los 30 años. El tónico proporciona, además, una agradable sensación de frescura en el momento de su aplicación.
Para piel grasa o mixta, puedes utilizar un tónico astringente. Es verdad que producen resequedad, pero la piel grasa puede necesitar este efecto de secado o calmante si tienes la piel sensible.
3. Exfoliación: lávate la cara con agua fría, y después aplica suavemente una exfoliante (mascarilla), dibujando pequeños círculos en el rostro, especialmente en la zona T (frente, nariz y barbilla), con el fin de remover la acumulación de las células muertas que causan irritaciones, así como, suavizar la superficie de tu piel a fin de que tus productos de tratamiento puedan ser absorbidos de forma uniforme.
Aplícate la mascarilla durante el tiempo indicado en el producto. Se aplica sobre la piel, se deja secar un poco (no completamente) para luego proceder a frotar la piel suavemente (nunca utilices esponjas naturales ni restriegues tu cara). Tampoco exfolies tu piel frecuentemente (dos o tres veces por semana, es lo más indicado), ya que sólo provocará que remuevas la piel sana y nueva. Se debe retirar con abundante agua tibia.
Busca una mascarilla que no sea demasiado abrasiva (las indicadas son las que tiene abrasivos muy finos). En el mercado se ofrecen diferentes tipos de exfoliantes de acuerdo con las características de cada piel. Si tienes mucha tendencia a acumular impurezas en la piel de tu rostro, utiliza mascarillas limpiadoras para eliminarlas y limpiar los poros, purificadoras (sin gránulos) para iluminar tu rostro o nutritivas si tienes la piel seca.
4. Hidratación: La rutina de limpieza debe culminar con la colocación de una crema humectante, ya que ofrece protección contra los perjudiciales rayos del sol. Las cremas hidratantes se deben utilizar cada mañana y cada noche para máximos resultados, incluso los rostros con piel grasa necesitan cierta clase de hidratación, sólo asegúrate de encontrar una que no bloquee los poros. La noche es el mejor momento para aplicar tratamientos de restauración tales como cremas anti-envejecimiento o anti-arrugas. Durante el día, cerciórate de usar una crema hidratante que contenga un SPF de por lo menos 15.
Aplicación correcta de la crema humectante
Consejos
“La rutina de limpieza se realiza por la mañana y por la noche”
* Limpiar la piel al menos 2 veces al día, la primera al iniciar el día y la segunda al terminar (recuerda que por la noche los tratamientos son más efectivos), ya que de no hacerlo maltratamos nuestro cutis, haciendo que aparezcan prematuramente las líneas de expresión por el paso del tiempo.
* Cuando sequemos el rostro, debemos hacerlo dando ligeros golpes.
* Usemos un tonificante, que retire los residuos que hayan quedado.
* Y por último apliquemos una crema humectante sobre la piel limpia y tonificada, de preferencia que contenga filtro solar.
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